lunes, 13 de septiembre de 2010

Vivienda y decoración: Sabado 3 de Junio de 2006

Cerámica de San Esteban
De costumbre indígena, la cerámica engobada colorea la arcilla con óxidos. En San Esteban, V Región, un artesano en particular revive este oficio a través de una línea de personajes y escenas típicas de Chile.
Texto, Macarena Barros J. / Fotografías, Homero Monsalves

San Esteban está al norte del río Aconcagua, muy cerca de Los Andes. Todo su entorno tiene el sabor de la ruralidad; puestos de comida tradicional, callecitas angostas, muros de adobe y casas patronales que evidencian épocas de haciendas y que hoy siguen luciendo, aunque deslavadas, entre soluciones habitacionales populares bastante más modernas.

Es en este territorio del valle del Aconcagua donde sobreviven varias tradiciones artesanales, en su mayoría descontinuadas. Aquí aún conservan ciertas costumbres y oficios mestizos que no pueden ser reproducidos en fábricas.

La cerámica engobada es precisamente una forma de trabajar la arcilla que se mantiene en San Esteban. Era el acabado que realizaban los pueblos en la América precolombina pues no conocían los esmaltes. En cambio, la pintaban con óxidos. En general, usaban tierras con diferentes contenidos de óxidos metálicos colorantes como el hierro, cobre y dióxido de manganeso, principalmente, y el caolín o arcillas blancas para los tonos claros.

En la actualidad quienes siguen cultivando esta antigua técnica, al trabajar la arcilla la mezclan con polvos de óxidos, y una vez realizadas las formas ­generalmente a mano alzada o con torno alfarero­, pulen o bruñen las piezas con maderas, piedras o huesos para darles brillo y cerrar los poros para impermeabilizarlas. Tras secarlas al aire libre, las ingresan al horno a leña.

En San Esteban quien difunde este oficio es el artesano Norberto Oropesa, que va a buscar la arcilla a la precordillera y luego la mezcla con tierras de calidades distintas como la de Pomaire. Él quema a temperaturas cercanas a los 650 grados Celsius. El que utilice el engobe en la decoración de sus piezas lo distingue de otros más urbanos. Para la diseñadora Margarita Zaldivar, que ha colaborado con artesanos en distintas zonas del país, Oropesa representa la realidad mestiza de nuestro pueblo, una realidad muy presente en la zona central, estando su arte en la categoría de cerámicas tradicionales como la policromada de Talagante.

EL ARTESANO NORBERTO OROPESA B.

Nacido y criado en Los Andes (1943), Norberto se entretuvo desde niño metiendo las manos al barro para hacer figuritas de los personajes que veía pasar por el campo. Hijo de un pintor de óleos y de una dueña de casa, tras estudiar en la Escuela de Canteros de la Universidad de Chile, trabajó como ceramista en talleres de Los Andes (como Cala) y Santiago. Desde 1971 realiza piezas de manera independiente en su casa taller (Curalaba 244, Población El Estero, San Esteban). También dictando clases en escuelas e instituciones de la zona.

Lo suyo son los personajes populares y escenas típicas criollas que también lleva a pinturas en tela. Rondas de niños, vendedores de diario, soldadores, escoberos, comilones de empanadas o choclos, tejedoras, horneras, niños sobre tinajas, hacedores de chicha, son algunas de las imágenes que recrea y con ello mantiene vigente la cultura campesina, exhibiéndola en sitios como el Centro Cultural El Almendral de San Felipe.

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